Cualquier marca personal es evidentemente la mejor representación y/o identificación que un individuo pueda mostrar a la sociedad; de forma apresurada se puede afirmar que nuestro nombre o seudónimo acoge en buena medida las características de una marca personal, y de hecho es justamente lo que nuestros nombres hacen mas no siempre es el caso, en lo personal encuentro mas de mi en un acrónimo que en mi nombre de pila.

Así bien, las razones por las que elegí este acrónimo como el indicado para identificar mi trabajo; vienen de valores como la felicidad, la lealtad, la gratitud, y la confianza reflejada en un juego de siglas, producto de reunir algunos valiosos datos de alguien que durante mi juventud y el resto de mi vida fue, es y sera trascendental para entender mi estilo y la pasión con la que llevo adelanta cada uno de mis trabajos.

Es con aquella afirmación del filósofo francés Jean Paul Sartre, que decidí apropiarme de este acrónimo como símbolo de mi ocupación. La fortaleza de esta marca justamente esta en esa contradicción que me lleva a ver, no como una virtud la multiplicidad de palabras y el lenguaje en general, sino como una limitación que encasilla las posibilidades de creación en una suerte de sintaxis predefinida, misma que este acrónimo no busca cumplir.